La fruta sudamericana en el escenario mundial
La fruta es imprescindible para una alimentación sana. En un contexto de aumento de la población y de la demanda mundial de alimentos, es necesario prever cómo responder desde los sistemas productivos de la región.
Actualmente, Sudamérica aporta un 15% del volumen mundial de fruta. De esta proporción, Brasil es el principal productor y Colombia, Ecuador y Perú han mostrado una importancia creciente. En estos tres países andinos, la actividad frutícola es llevada adelante principalmente por agricultores familiares, quienes enfrentan múltiples desafíos para mantener y mejorar la calidad de la oferta de frutas y la competitividad de sus cadenas productivas de cara a las próximas décadas.
Desafíos y soluciones tecnológicas
El proyecto Productividad y Competitividad Frutícola Andina cofinanciado por FONTAGRO, cuenta con un presupuesto total de USD 1.296.349. Esta iniciativa ha propuesto soluciones tecnológicas que contribuyan al manejo integrado de plagas, uso racional del agua y desarrollo de subproductos con agregado de valor, entre otras. Todas ellas, orientadas a acompañar la expansión de los mercados de Colombia, Ecuador y Perú, exportadores netos de fruta, en el contexto del cambio climático.
“La iniciativa tiene un enfoque de cadena y un enfoque de economía circular” sostiene Carlos Orrego, el investigador líder, quien destaca, vinculadas al eslabón agrícola, las 4 tecnologías de riego y fertirriego con las que se experimentó en aguacate Hass y granadilla, refiriéndose a los exitosos resultados obtenidos en cultivos en desarrollo y cultivos comerciales.
Resultados en riego y fertirriego
Tal como lo describe Orrego, las “plántulas crecieron con vigor y tuvieron una fructificación precoz, una productividad y calidad superior”. Se hicieron medidas de impacto ambiental en función de la sostenibilidad categorías de huellas de carbono, contaminación de suelo y de agua, obteniendo un menor impacto con riego y fertirriego respecto de las técnicas tradicionales o de control.
A partir de las mediciones realizadas en 2020 se obtuvo que, en el caso de la granadilla, la implementación de riego y fertirriego ha permitido llegar a 15 toneladas por hectárea por año, superando ampliamente la media en Ecuador (10 T/ha por año); y en el caso de aguacate Hass se obtuvieron 16.8 T/ha por año frente a 8.5 T/ha obtenidas vía fertilización edáfica. De acuerdo a lo medido hasta la fecha, para 2021 se esperan resultados incluso superiores, detalla Orrego, quien ilustra el éxito en los resultados comentando que “el productor (en cuya finca se estaban llevando adelante los ensayos) cuadruplicó el área de esa granja” con financiación propia.
Con respecto al eslabón poscosecha, se destacan 6 emprendimientos que lograron un nivel de complejidad tecnológica, de los cuales 2 se encuentran en instancia de capital semilla y 4 en plan de negocios. Para todos ellos, se consideraron índices de sostenibilidad considerando factores técnicos, ambientales y sociales.
A futuro
“Hemos cumplido con la tarea y quedamos tan entusiasmados que vamos a seguir trabajando en el asunto por unos años más” indica Orrego, agradeciendo que a partir del impulso obtenido por este proyecto FONTAGRO, distintos miembros del equipo han conseguido financiación por más de 1 millón de dólares que garantizarán la continuidad del trabajo.
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Sobre FONTAGRO
FONTAGRO se creó en 1998 con el propósito de promover el incremento de la competitividad del sector agroalimentario, asegurando el manejo sostenible de los recursos naturales y la reducción de la pobreza en la región. El objetivo de FONTAGRO es establecerse como un mecanismo de financiamiento sostenible para el desarrollo de tecnología e innovaciones agropecuaria en América Latina y el Caribe y España, e instituir un foro para la discusión de temas prioritarios de innovación tecnológica. Los países miembros son: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. En los últimos 25 años se han cofinanciado 195 plataformas regionales de innovación agropecuaria por un monto de US$139.7 millones, que ha alcanzado a 1809 instituciones y 35 países a nivel mundial.
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